MI VISIÓN DE EUROVISION

Columna de opinión basada en la pasión que siento por el concurso, aderezada con unas gotitas de ironía, una pizca de acidez y puñados de diversión, que se actualizará diariamente abordando desde los temas de más rabiosa actualidad en el micromundo del Certamen Europeo, hasta los momentos inolvidables de la historia del Festival de la Canción.

12 diciembre 2013

TURQUÍA 1999


Abandonados eurolectores que os tengo más descuidados que la UER a los eurofans jajaja, regreso con fuerza después de una serie de inconvenientes que me han tenido más ocupado que a Engelbert Humperdinck en el apartamento azerí de las abuelas rusas de Buranovo.

Hoy os traigo la canción número 65, y es uno de mis Guilty Pleasure privados, de esas canciones que pasan desapercibidas para una gran mayoría pero que a un le hacen el chichi "pesicola".

La joven de 25 años y gran desconocida Tugba Önal nos regaló en la lata de sardinas, es decir, en el Centro Internacional de Convenciones de Jerusalén una sensual y erótica interpretación de su tema Dön Artik (Vuelve) con una escena que te hace viajar a los harenes y lupanares de las mil y una noches, precediendo a la andrógina Sertab con su Everyway that I can.

La turca de mirada perdida y cuerpo escultural ganó la preselección contra todo pronóstico, resultando elegida por un jurado experto, frente a la gran favorita, la popular Feryal Basel con su tema Unuttugumu sandigim anda, que os muestro a continuación. Dicha canción se ha convertido en uno de los grandes clásicos de preselecciones que quedaron en el tintero antes de llegar a escribir historia en el festival.



 

Turquía se había lucido un par de años antes con la maravillosa Sebnem Parker y su Dinle, y después del trompazo de Tüzmen en 1998, en el 99 volvierona sus raíces y sonidos de oriente medio, pero la propuesta no convenció, llegando a obtener sólo 21 puntos que les colocaron en el puesto 16º (12 Alemania, 5 Francia y 4 Noruega).

Aún así Tugba lo dio todo y se lo paso bomba seduciendo a la cámara con sus sonrisas de mentón acentuado. Acompañada por 3 coristas muy "señoras", un guitarrista, y una doña que tocaba un instrumento sentada en una mesita como si se creyera Aris Agoriuq en el tiempo entre costuras.


No hay mucho más que decir de una artista que no se sabe que más ha hecho después de su participación en el festival, como si se la hubiera tragado la tierra... Ahhh sí! Que llevó un vestidazo maravilloso que conjugaba a la perfección con el universal y galáctico escenario israelí.

Eurobesos para todos. Mañana una dulce balada suiza ;)

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