¡¡¡Ay queridos eurolectores!!!
Continuamos con el pastel, que para eso es el día propicio, gracias al listo que se inventara que hay que celebrar un día al año en concreto que se es feliz porque se está enamorado... ¡Valiente tontería! Eso se siente cada día, cada minuto, cada segundo, cada instante...
El caprichoso destino ha querido que una de las dos canciones del día de hoy sea una de las más bellas canciones de amor que ha tenido el festival. La retórica Why me? (¿Por qué a mí?) en la voz de la extraordinaria Linda Martin.
Esta gran triunfadora del festival nació en 1952 en Belfast, capital de Irlanda de Norte, y con 40 años, el 9 de mayo de 1992 le daba el cuarto premio a su tierra. Aunque ya había estado antes en el certamen casi rozando la victoria. Ocho años antes, concretamente en 1984, había concursado con Terminal 3, tema de Mr. Eurovision (Johnny Logan), quedando segunda con 137 votos, a ocho puntitos de los hermanos suecos Herrey's.
Los irlandeses volvían a confiar en el mismo equipo de cantante y compositor, y mediante los diez jurados regionales que votaron en la gala de selección de 29 de marzo. Así que se alzaron con el ticket de viaje a Malmö arrasando con 105 puntos.
La canción cuenta con una introducción un poco más larga en su versión estudio, en la cual un piano te adentra en el tema haciéndote sentir que va a ser una pieza especial, de esas que nunca vas a dejar de oír a partir de ese momento. Pero para la presentación a concurso se acortó esa parte comenzando directamente con un explosivo inicio que ya te deja petrificado.
La balada se desarrolla con preguntas nocturnas y la sensibilidad quebrada por la incomprensión de que a uno (en este caso una) le sonría tanto la rueda de la fortuna. Y es que cuando una está enamorada vive por y para la otra persona, respira por el otro, y el amor de una misma brilla en los ojos del contrario. Y así lo cuenta ella en su canción
Así que delante de un barco vikingo que demostraba la naturaleza escandinava pero era discordante con el tema que se trataba en los tres minutos irlandeses, la cantante dio un recital de buen gusto acompañada de un gran apoyo coral de cinco voces que la arroparon de modo sobresaliente.
No solo flipamos con su fuerza en el puente final, o sobre todo con su "Why me?" susurrado al final, lleno de emoción y sentimiento; sino que ese pellizco se produjo fundamentalmente en el reprise tras ser ganadora, cuando con el título final hacía partícipes a los europeos de ¿Por qué ella? ¿Por qué la habían elegido a ella para ganar?, mientras los medios de prensa gráfica hacían fotos como descosidos.
Otra de las razones de su triunfo fue su elegante estilismo tan común a principios de los noventa, donde el terciopelo, el ante y la piel de melocotón eran las telas más usadas para confeccionar vestuarios de alta costura. Lució un magnífico traje en gris y pedrería con un brazo descubierto y hombreras imposibles, según mi punto de vista ideal aunque sé que muchos lo odian, y zapatos forrados a juego como las buenas condesas de Cork. Con uñas de no haber fregado nunca un vaso y un conjunto completo muy alejado de su indumentaria de Luxemburgo, cuando cantaba a los aeropuertos.
Los votos fueron 155, y vinieron de todos los jurados excepto de los de Israel y Francia. Con los sorprendentes doces de los mediterráneos: Turquía, Grecia y Malta. Y siete variados dieces que le hicieron ganar al medio tiempo británico y a la balada maltesa, siendo la primera y única vez que tres países con el inglés como idioma oficial quedaban en el Top 3.
Bueno queridos, esto ha sido todo por hoy así que me despido a la vez que os mando muchos eurobesos y os recuerdo que mañana tendremos en el blog los temas de Portugal 2003 y España 1980.
Os dejo una foto que me hice con ella en su participación en el Congreso de Ogae Spain 2012. Donde fue cariñosísima hasta decir basta. Lo primer que hizo fue preguntarme mi nombre y dirigirse a mí de modo personal. Y cuando le comenté que bajo mi punto de vista había realizado la mejor actuación irlandesa de la historia me dio un abrazo acompañado de un "Thank you so much" susurrado al oído que no olvidaré nunca mientras vida. Sin duda alguna toda una SEÑORA en mayúsculas de los pies a la cabeza. ¡Esta sí es una Diva! ... y no la gran mayoría de guarrillas de medio pelo que van hoy en día a la Eurovision.
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