Buenos días adorados eurolectores,
El amor brilla como una luz (Love shine a light), la luz que Ruth Lorenzo busca y desprende en su carrera hacia Eurovision 2014. Pero mientras que se van desarrollando los hechos presentes paso a paso, yo continuo con mi viaje hasta mi Top 1 histórico, y hoy toca parar en el puesto número 26 de la lista.
El Reino Unido amenazaba con ir a por su quinta victoria e igualar a Luxemburgo y Francia en la segunda posición, ya que en esos momentos Irlanda había conseguido sumar hasta el año previo un total de siete grandes premios. Para ello la BBC preparó su anual ASFE (A song for Europe) en la que competían ocho candidaturas y tras una ronda previa emitida por radio donde los oyentes votaban para eliminar a cuatro de ellas, el 12 de marzo se celebró la gala televisada con las cuatro finalistas.
Abrían el turno de actuaciones la banda británica de pop-rock Katrina & The Waves, que se había fundado en 1981 y llevaba dieciséis años en activo. Su mayor éxito había sido Walking on sunshine allá por el año 1985 y estaba compuesta por la norteamericana Katrina Leskanich, natural de Topeka (Kansas) que se muda cuando es adolescente a U.K con su familia ya que su padre era militar y le destinaban por el mundo, y también por los ingleses Kimberley Rew, Alex Cooper y Vince de la Cruz.
Obtuvieron 69.830 llamadas de la audiencia frente a las 58.696 del segundo clasificado, una diferencia bestial comparada con las de otros años en los que se ganaba por la mínima. Así que eso apuntaba a triunfo y un top 5 como mínimo en una etapa del certamen donde los países anglófonos tenían ventaja frente al resto.
Una vez obtenida la carta blanca para viajar a la capital del país vecino y pisar el pequeño "The Point Theatre" el objetivo era grabar un videoclip acorde a un himno que tiene como letra el amor que reside dentro de cada uno de nosotros y debemos permitir que brille como una luz para hacer felices a los demás y a nosotros mismos; así que el clip que serviría de tarjeta de presentación ante Europa era un pastel ideado para poner los pelos de punta y emocionar a los más sensibles con una utopía que era, es y será básicamente imposible de conseguir. A continuación os dejo el preview para que lo comprobéis con vuestros propios ojos.
A pesar de ir mucho más fea que en la selección británica que fue cuando estuvo más guapa, mucho más que incluso en el propio festival, y elegir un traje que le hacía parecer el Joker (el villano de Batman) a mi me conquistó y supe que ganaría el 4 de mayo desde ese día en el que RTVE emitío el vídeo por La 2, como hacía cada año antes del festival.
Su intención de presentarse a Eurovision se vino gestando desde tiempo antes, pues pensaban que el concurso europeo era una plataforma ideal para darle un empujón a su varada carrera. Lo que nunca imaginaron es que ganarían con la mayor puntuación del periodo (1975-2003) y un total de 227 y diez 12's, cinco 10's y tres 8's, y siendo recordados por todos los jurados del momento y los cinco países que utilizaron por primera vez televoto como prueba de cara a instaurarlo al año siguiente.
Los cuatro países con votación telefónica fueron Suecia, Austria, Suiza, Alemania y Reino Unido, así que descartando al propio ganador, de los 48 puntos posibles por máximas puntuaciones UK sacó 46 votos ya que Alemania fue el único que les concedió el doce.
Hay que puntualizar que fue ridículo que el "instruido" jurado de España les otorgara 5 votos y el maltés un único punto teniendo el mismo idioma común. Pero aun así Katrina se hizo el recorrido hasta el escenario de la mano del cantante de Boyzone (Ronan Keating) que presentaba junto a Carrie Crowley.
Actuando penúltima, en vigésimo cuarto lugar, la potencia musical más poderosa de Europa y segunda del mundo tras EE.UU consiguió emocionar a los televidentes del antiguo continente con una formación diferente a la de la gala de marzo, ya que en esta ocasión no fue acompañada de la sola guitarra de Vince de la Cruz y el resto como coro, sino que ahora tocó el bajo Phil Nichol y Alex Cooper la batería, mientras que las dos coristas, de nombres Miriam Stockley y Beverley Skeete, llevaban el ritmo con panderetas.
Una mención especial merecen los arreglos orquestales con los vientos destacando mediante unas poderosas trompetas que hacían crecer el pre-estribillo hasta más allá de las nubes, el propio universo estelar que parecía el stage con ese gris metalizado y los televisores en colores a juego con los trajes del grupo.
Esta victoria fue un revulsivo para la banda aunque acabó disolviéndose dos años después, y el final de una etapa para el Reino Unido que en los últimos dieciséis años tan solo ha pisado en Top 5 en dos ocasiones, con Jessica Garlick en 2002 y Jade Ewen en 2009.
Eurobesos para todos y mañana entramos en el último cuarto de mi Top 100 con la balada balcánica más dulce de todos los tiempos: Lane Moje.
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