Buenas noches queridos eurolectores otro día más.
Hoy os traigo la representación británica de hace un par de años con la que el anciano Engelbert Humperdinck, de nombre real Arnold George Dorsey, de 76 años de edad batió el record de ser el aspirante eurovisivo solista más longevo de la historia. Ya que ha habido artistas de más edad como el abuelo armenio de 2010 y las yayas rusas de Buranovo con las que Engelberto jugaba al teto en los apartamentos de Bakú jijiji, pero como solista se lleva el mérito.
Este señor nacido en Madras, el Raj Británico de la India en 1936, llegaba al escenario de Eurovision con 150 millones de discos vendidos y 60 años de trayectoria musical. Formando parte del Top 9 de los artistas que pasaron por el festival y que más han vendido en la historia de la música, situándose en sexta posición. Pero siendo el único que había vendido tanto antes de tomar parte en la competición y no después, como son los otros eurovisivos.
Ese listado es el siguiente, según datos de wikipedia:
370.000.000 discos - ABBA
350.000.000 discos - Julio Iglesias
250.000.000 discos - Alla Pugacheva
200.000.000 discos - Celine Dion
200.000.000 discos - Nana Mouskouri
150.000.000 discos - Engelbert Humperdinck
100.000.000 discos - Olivia Newton-John
75.000.000 discos - Raphael
32.000.000 discos - Helena Paparizou
El abuelo cebolleta, que es como cariñosamente llamo yo a este gran artista apodado popularmente "El Rey del Romance", fue elegido de forma interna por la BBC para intentar levantar el certamen entre los habitantes de la isla atlántica y creyendo que con su elección de renombre los votos iban a caer del cielo al igual que le cayeron a Rusia en 2003 con TaTu... Pero el ganar "la eurovision" cuesta, hay que sudarlo, hay que sufrirlo y hay que estar en plenas facultades físicas y mentales para darlo todo en los tres minutos de escaparate continental.
El sensual crooner de los sesentas llegaba a Azerbaiyán con una canción compuesta por autores de temas de Adele y Lana del Rey. Estos eran el sueco Martin Terefe de ascendencia colombiana y el inglés Sacha Skarbek, los cuales trabajaron en conjunto para crear la joya que cantó Engelberto así como muchos otros temazos. Por ejemplo Skarbek ha compuesto Wrecking ball de Miley Cyrus o Born to die de Lana del Rey, mientras que Terefe ha sido productor de Miguel Bosé con Papitwo o I'm yours de Jason Mcraz.
Juntos crearon Love will set you free (El amor nos hará libres). Una sencilla balada in crescendo que comienza con punteo de guitarra acompañado de un suave cuarteto de cuerdas que van creciendo con percusión y potencia a lo largo del hilo conductor que lleva intrínseca la pieza.
El galán anglosajón fue acompañado por un guitarrista y una pareja de baile, que iluminados de forma brillante y muy elegante por el equipo encargado de ese aspecto en Bakú realzaron la intensidad de la canción y la evolución del tema. Llegando a jugar con contrastes entre el negro y el blanco para cambiar toda la escena a rojo en el puente final, momento el que la pirotecnia destacó contradiciendo la sobriedad del conjunto propuesto.
La canción es un tema clásico, serio e incluso un poco rancio. Ciertamente a pesar de la calidad que desprende en su composición musical, letra y arreglos instrumentales, está muy alejado de los sonidos que se oyen en la actualidad y que triunfan en las radio fórmulas del mundo; hecho que pudo perjudicar a la propuesta británica.
Pero me da igual, porque tanto el inculto televoto como el incompetente jurado machacaron sin necesidad una candidatura exquisita en la que no se valoraron las normas que plantea la EBU como guiones básicos a la hora de determinar el voto, entre ellos la calidad del tema y la brillante forma de cantar del artista luciendo su potencia vocal con el micrófono a la altura del ombligo.
Debido a ser un concurso de canciones fundamentadas en directos, se valoró más en el ensayo general de la víspera los cuatro desafines del pobre Engelberto por estar acojonado de ser el primero de un concurso que el recordaba de otra manera, que el hecho de tener las narices de cantar como lo hace con 76 años de edad... igualito que Lys Assia y sus playbacks en vinilo. Y es que para participar en Eurovision las tablas suman pero solo un mínimo porcentaje.
Por otro lado, en la gala final del sábado, donde digan lo que digan estuvo brillante y correctísimo; se vio superado por un mogollón de canciones de gran nivel que dejaban a la primera olvidada y en el ostracismo.
Así que con 1 punto de Bélgica, 2 de Letonia, 4 de Irlanda y 5 de Estonia, sumó 12 votos que le dejaron penúltimo superando a "la Tooji". Los 12 puntos que tenía que haber arrancado de una sentada de varios jurados...
Que lástima que no valoraran los pasitos de baile que se marcó antes del segundo prestribillo. Una auténtica pena que no tuvieran en cuenta su charme, su carisma, sus canas... Un desacierto que la imagen global del espectador fue el ver a un viejo acabado que no pintaba nada en un festival moderno para niñatos imberbes.
Es cierto que Eurovision es un concurso que trata de abrir y asentar carreras artísticas, no de cerrarlas. Eurovision es un escaparate que abre camino a cantantes, que no sirve de colofón y guinda del pastel para estos. Pero por amor de Dios un poquito de empatía y de dar a cada uno lo que se merece. Ni Eleftheria, ni Ivi, ni Soluna, ni Anggun ni muchos otros cantaron mejor que Engelbert, es más, lo hicieron mucho peor... pero la vida es tan injusta...
Me despido triste tras escribir esta entrada porque cuando pienso sobre ello creo que muchas veces no se valora lo que se debe tener en cuenta en el certamen... eurobesos para todos.
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