Buenos días venerados eurolectores,
Hoy es un día importante... celebramos que la entrada de hoy es la número 200 :) Y ¿Qué mejor que dedicársela al mayor drama de la historia de la Eurovision? ¡¡¡Con lo que me gusta a mí un drama!!!
En el año 1994 se celebró, según mi humilde y rancia opinión, el mejor certamen de los cincuenta y ocho que llevamos a las espaldas. Con un nivelazo increíble de baladas y con varias canciones que fueron dignas de ganar de haber sido presentadas en otros años y no amontonadas en el "The Point Theatre" de Dublín.
Una de esas piedras preciosas en forma de melodía fue la candidatura de Chipre con el tema Ime antrophos ki ego (Yo también soy un ser humano) defendido por la Diva Evridiki, como se puede observar el título ya deja entrever que la ración de sofocón apunta maneras...
Esta obra maestra estaba compuesta por Giorgios Theofanous, primer marido de la cantante y director de la orquesta, con el que se uniría en matrimonio en 1993 y finalizaría su relación en el 2000 tras tener a su hijo Aggelos en 1996. El autor tras concluir sus estudios musicales en el Reino Unido, se asentó en Atenas en 1990.
Para que esta pieza musical llegara a Irlanda tuvo que pasar por una selección nacional ideada por la CyBC el 18 de marzo en el "International Conference Centre" de Nicosia. El jurado compuesto por expertos valoró las ocho propuestas y dio como ganadora a la que actuó en primer lugar con 103 votos.
Evridiki Theokleous nació en Limasol en 1968 y participó en el festival por primera vez en 1992 con Teriazoume (Hechos el uno para el otro) aunque ya había sido corista de las entradas chipriotas de 1983, 1985 y 1987 con lo que no era una desconocida para el concurso. Más tarde volvería al festival en el año 2007 con Comme ci comme ça, acompañada de su pareja Dimitris Korgialas.
Pero centrándonos en el año de su segunda participación como solista, actuó en cuarta posición y tras la que se proclamaría tricampeona consecutiva ese año, Irlanda. Su resultado final fue un honroso undécimo puesto, como en 1992, solo que esta vez obtuvo un total de 51 votos, seis menos que dos años antes. Tuvo puntuaciones bajas en general menos el doce griego al que estaban y están acostumbrados y el sorprendente diez finés que ya sabemos que es un país que suele salir por los cerros de Úbeda...
Vestida de blanco y pedrería a modo de perlas, de largo y con broche al cuello, y terminando de complementar el conjunto con maquillaje en tonos terracota y melena suelta para darse buenos meneos de cabeza al contar su tragedia.
Fue acompañada en el coro por los representantes del año previo. Kyriakos Zymboulakis que tocaba el acordeón y Demos van Beke al buzuki, más tres coristas más a la guitarra, teclado y batería. Haciéndole los cinco unos juegos vocales muy discretos pero efectistas.
Comienza la actuación como si vagara por el escenario de forma desorientada y poco coordinada, aunque ella tiene muy claro cuál es su objetivo, la cámara a la que transmitirle el sufrimiento que tiene. Como si fuera una tonadillera amante de la copla se deshace con elegancia en miradas y gestos que denotan que lo que está cantando es un pedacito de su vida hecho canción. Tras el primer estribillo y a ritmo de sirtaki se da una vuelta sobre su mismo eje para continuar con la segunda estrofa. Subiendo hasta el puente donde se alcanza el clímax máximo para luego a redoble de tambor parar en seco y finalizar suavemente la historia.
La madurez musical y el avance que había hecho artísticamente ganando tablas fueron demostrados en esos tres minutos en los que no se puede despegar la mirada de la pantalla. Mereció un Top 5 sin duda alguna pero el ESC es así y había una gran competencia.
Eurobesos a todos y mañana otra canción italiana maltratada. Un tema que todo el mundo adora: Avrei Voluto ;)
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