MI VISIÓN DE EUROVISION

Columna de opinión basada en la pasión que siento por el concurso, aderezada con unas gotitas de ironía, una pizca de acidez y puñados de diversión, que se actualizará diariamente abordando desde los temas de más rabiosa actualidad en el micromundo del Certamen Europeo, hasta los momentos inolvidables de la historia del Festival de la Canción.

16 marzo 2014

FRANCIA 1977


Buenas noches queridos eurolectores,

Hoy llego tarde para algunos que lo leeréis por la noche pero pronto para los que lo vean a primera hora de la mañana... pero es que ha sido un día muy emocionante con la final de la preselección belga y el triunfo de Axel con Mother (Madre) que se convierte en mi favorito para Eurovision 2014.

Y hablando de representaciones favoritas, en mi Top 6 de la historia está la que durante años fue mi canción preferida del ESC. La que ganó la vigésimo segunda edición del show musical en el año 1977. Francia con la joven Marie Myriam y su tema L'oiseau et l'enfant (El pájaro y el niño).

Una bella balada con ritmo cadencioso y poesía pura como texto de Joe Gracy que acompaña a la preciosa melodía de Jean-Paul Cara. Una de las características más llamativas del tema y que le hace espectacular es que la palabra final de cada frase es la primera con la que comienza la siguiente, lo que me da un efecto peculiar con la concatenación de palabras.


La televisión gala llevaba un par de año luchando por la victoria sin conseguirlo tras su retirada in extremis en 1974 por la muerte del Jefe de Estado, George Pompidou, y sus fracasos en 1972 y 1973. Así que para esta edición celebró el 6 de marzo una final nacional con seis opciones de las que saldría el ganador elegido mediante votación popular, desconozco como harían el televoto en aquella época si no era como cupones como sucedió en la preselección español de 1976 donde supuestamente hubo tongo y Braulio ganó al favorito, Lorenzo Santamaría.

Marie Myriam, nacida en 1957 en Kananga (antiguo Congo Belga y Zaire, que en la actualidad se llama República Democrática del Congo). De origen portugués se crió en África hasta que comenzó su carrera en 1976 y de ahí pasó a la gala pre-eurovisiva francesa. Obtuvo 10.178 votos que la situaron en posición de pisar el estadio de Wembley, tras una dura huelga de los cámaras de la BBC, el 7 de mayo.

Actuó última, en el puesto número dieciocho, y obtuvo 136 votos con doces de Alemania, Suiza y Finlandia. Siendo votada por todos los jurados recibió los 10's de Irlanda, Luxemburgo, Israel, España e Italia.   


Con su vestido naranja y un tembleque en las manos propio de los nervios de una nobel dio una actuación magistral que ha quedado para la historia por la sensibilidad y sentimiento del tema. El coro de cinco voces que la arropó en Londres le imprimió tanta fuerza que hizo crecer el tema hasta la victoria.


La letra de la canción, que ya se ha dicho antes que es de una calidez poética abrumadora, habla de cómo se ve la vida a través de los ojos de un niño que vive en un mundo de ensueño donde los problemas no existen y la inocencia le hace obviar las cosas malas que nos mayores si ven, sienten y viven.

Y justo esa inocencia, ese candor, ese aire de naturalidad y sencillez son los que hicieron que Francia obtuviera su quinta y última victoria hasta la fecha, aunque merecería ir por la octava y novena...

Eurobesos a todos y mañana llegamos al TOP 5 con ITALIA 1964 y el puro amor adolescente de Gigliola Cinquetti en Non ho l'eta (No tengo edad).

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