MI VISIÓN DE EUROVISION

Columna de opinión basada en la pasión que siento por el concurso, aderezada con unas gotitas de ironía, una pizca de acidez y puñados de diversión, que se actualizará diariamente abordando desde los temas de más rabiosa actualidad en el micromundo del Certamen Europeo, hasta los momentos inolvidables de la historia del Festival de la Canción.

04 marzo 2014

POLONIA 1994


Buenos días queridos eurolectores otro día más,

Alcanzamos ya el puesto 19 de mi Top de temazos del ESC, y no podía faltar en esa lista el debut polaco que demostró como una televisión nacional puede pisar el certamen con ganas de comerse el mundo y posteriormente ir deshinchándose poco a poco hasta quedar relegada a tercera división.

Ya sabemos que con la fragmentación de la URSS y Yugoslavia el número de países interesados en tomar parte en el occidental concurso creció exponencialmente. Toda la vida permaneciendo al otro lado del telón de acero muchas naciones sometidas al comunismo que implicaba el odiar y rechazar todo lo capitalista; cuando en realidad lo que sentían eran ansias de disfrutar de lo bueno. Así que entre 1993 y 1994, años en los que llegaron pisando con garbo todos estos estados ex soviéticos, hubo un revulsivo que cambió el devenir del festival para siempre.

De los siete países que debutaron en el "The Point Theater" de Dublín: Rumanía, Hungría, Eslovaquia, Estonia, Lituania, Rusia y Polonia; este último fue el que consiguió la mejor posición, un segundo lugar con 166 puntos. Ni Suecia, ni Grecia, ni por supuesto España con su gran ojo para ver éxitos (como por ejemplo Ella no es ella) le dieron un punto. Mientras tanto Reino Unido, Estonia, Lituania, Austria y Francia le soltaron el doce a la lolita polaca.  


La TVP mandó a la joven de 22 años Edyta Gorniak, todo un portento vocal que se proyectaba como una grandísima artista a corto y largo plazo. Había empezado su carrera en un programa de televisión en 1989, y el año previo a su incursión en el ESC había concursado en el Festival del Báltico siendo tercera en la tabla.

La delegación polaca presentaba un baladón de los que hacen historia, como así sucedió, pero su situación económica era tan limitada que no presentaron ni Director de Orquesta, confiando en la experta batuta de Noel Kelehan que había dirigido a Irlanda en más de una veintena de ocasiones.

 

Con una imagen sencilla y un halo de candidez para centrar la atención en lo que importaba, su espléndida canción y su poderosa voz. Nos cantaba quien era y como se sentía vestida de blanco y con manoletinas que le imprimían aspecto de niña buena que no hubiera roto nunca un plato...

Pero supuestamente lo rompió, y bien que lo rompió en el ensayo general del viernes noche, en el cual votaban los jurados para luego enviar los puntos y que estuviera todo calculado a tiempo para la ceremonia del sábado. Aunque en el clip que os muestro canta en polaco el rumor dice que lo hizo en inglés, con lo cual y a la espera de que alguien aporte luz al tema, os dejo el rumor que existe y lo que parece que sucedió según el que subió el documento visual a youtube.

La norma del idioma nativo que se recuperó en 1977 y que se abolió en 1999 estaba vigente cuando la Gorniak, con todo su valor, se cantó en inglés To nie ja, es decir, Once in a lifetime, y como bien reza el título, una vez en la vida se saltó las normas y eso le valió conseguir el segundo puesto, según dice la leyenda urbana.

Así que seis países se quejaron y pidieron la descalificación de la candidatura, aunque se desconoce los que fueron se podría deducir que al menos tres serían los tres que no la votaron y que fueron citados anteriormente. Finalmente este proceso no sirvió para nada porque se necesitaba al menos la mitad más uno para tomar medidas, es decir que en este caso hubieran hecho falta trece quejas, por lo que su medalla de plata fue mantenida.  


También fue muy acertado el cambio de indumentaria que sufrió desde el primer dress rehearsal del viernes por la mañana hasta el vestido que lució el viernes noche con el jurado, pues pasó de ir vestida como una madame de club de carretera a ser una colegiala monjil que va a la comunión de su mejor amiga. Os dejo el vídeo de la actuación con el otro vestido para que juzguéis a continuación:


No puedo finalizar la entrada sin hablar de tres detalles. El primero su calidad vocal en la versión estudio que deja asombrado a cualquiera. El segundo su directo y las capacidades artísticas y musicales que demostró en todo momento haciendo giros diferentes en cada uno de sus ensayos. Y en tercer y último lugar los arreglos orquestales que le dieron otra dimensión a la canción, con unos staccatos de violines que son una delicia. 

Con toda la incertidumbre del mundo os mando eurobesos y me despido hasta mañana que vuelva con la canción que mereció ganar en Copenhague en 2001, Francia con Je n'ai que mon âme... esperemos que este año no pase lo mismo ;)

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